Como ayer la coca quedó tan rica, hoy nos hemos animado a hacer otra con alguna variante para la merienda con la familia, esta vez hemos añadido calabacín, champiñones y rúcula.
A juzgar por el poco tiempo que duró en la mesa, os confirmamos el éxito que ha tenido. Desde luego es un plato que se puede hornear con antelación y servir del tiempo, sin necesidad de volverla a calentar y troceada en cuadrados para picar. Ideal para ofrecer en cualquier momento u ocasión (fiesta, cumpleaños, etc). Os dejamos dos fotos como muestra para que juzguéis vosotros mismos.
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